lunes, 21 de marzo de 2011

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En lo jovenes uno de los mitos sexuales más comunes es que el tamaño importa. Pero no es cierto, el tamaño no importa, y de hecho un pene demasiado grande puede ser molesto y no estimula el primer tercio de la vagina. Esa es la zona más sensitiva y donde se encuentra el punto G.


Hablar sobre sexo es malo: En nuestro país es un tema tabú aun el sexo, es necesario en la relación de pareja tocar diversos temas siendo este uno de los centrales debido a la cabal importancia que tiene en el aspecto de comunicación del amor y afecto que se poseen, esta expresión manifiesta lo que sentimos y como nos sentimos, es común en terapia encontrar a parejas con un serio problema que comenzaron con pequeños malos entendidos al momento de las relaciones sexuales, es por ello que entablar una amistad y sentimientos de confianza o replantearlos y reforzarlos es importante para la solución de este problema.


Masturbarse no es sólo cosa de hombres. Masturbarse no provoca ceguera, crisis histéricas o que salgan pelos en las manos. Masturbarse no es algo propio sólo de la pubertad. Masturbarse no es síntoma que nuestra relación de pareja no funciona.

















El orgasmo perfecto no es el simultáneo. El orgasmo perfecto no es vaginal. El orgasmo perfecto no es clitoriano. El orgasmo perfecto es el de cada uno y en esto no hay reglas universales.














La vejez no es asexuada. La vejez no implica impotencia. La vejez no implica la desaparición del deseo sexual. La vejez sólo marca el inicio de una nueva sexualidad en la mujer y el hombre, menos centrada en el coito pero no por ello menos placentera.























La mujer nunca queda embarazada en la primera relación sexual. Si durante la relación sexual la mujer está fértil, puede producirse el embarazo sin importar que sea la primera, la segunda o la última relación sexual.














El sexo oral produce cáncer. El sexo oral puede ser el medio transmisor de enfermedades de transmisión sexual, si es el caso, pero nunca de cáncer.





































Ingerir semen no es dañino. No hay evidencia de que tragar secreciones vaginales o semen sea dañino a la salud, a no ser que dichos fluidos provengan de una persona que tenga una enfermedad de transmisión sexual, como las señalas con anterioridad.
















La penetración anal no sólo es para pervertidas. Lo cierto es que el ano tiene tantas terminaciones nerviosas sensibles como vagina o pene, por lo cual es igualmente capaz de producir placer; la penetración anal ha sido por siglos la opción para quienes buscan preservar la virginidad y evitar embarazos no deseados, o como una opción en los períodos de menstruación.




















Mal olor vaginal, no sólo quien tiene relaciones sexuales. Por naturaleza la vagina tiene un olor peculiar, con cierta acidez, que no es desagradable y que se debe a las bacterias que conforman la flora microbiana que ahí habita. Cuando ésta se ve alterada, el aroma que se desprende cambia notablemente, llegando a ser penetrante. La causa más común es la presencia de una infección que deben ser tratadas lo antes posible por algún ginecólogo.











El deseo sexual se acaba con la menopausia. Aproximadamente a los 48 años de edad la mujer empieza a experimentar cambios generados en su aparato reproductor, ya que de manera natural los ovarios producen estrógenos (hormonas femeninas) en menor cantidad, la lubricación como respuesta al estimulo sexual disminuye notablemente o el tiempo para lograrla es más prolongado, además de que los labios mayores de la vagina reducen su grosor y las contracciones uterinas se vuelven molestas; por si fuera poco, el deseo sexual es menos intenso que cuando se tenían 20 años menos.











































































La Eyacualcion Precoz. Es exclusiva de hombres adolescentes y adultos jóvenes. Es incorrecto, ya que en menor frecuencia, también puede afectar a hombres de mayor edad.

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