Pretender interpretar la evolución de la sexualidd únicamente desde el ángulo biológico es asimilar una sola arista del problema y sabemos que hay múltiples factores de toda índole que interfieren en esta. En el seno de nuestra sociedad el sexo no es solo la capacidad de reproducirse, es también una capacidad social de atracciones, uniones de interacciones organizadas y que pueden llegar a ser un factor de desigualdad. La sexualidad encierra en su núcleo a nuestra identidad, nuestra individualidad, nuestro género, nuestro ser.
10 MITOS SEXUALES FEMENINOS
1. El sexo oral no produce cáncer
Tanto la llamada felación (excitación del hombre a partir de besar sus genitales) como el cunnilingus, (estimulación oral en el área genital femenina) cuentan con un halo de inseguridad que limita su práctica, debido principalmente a que tanto semen como secreciones genitales son vehículos trasmisores de virus, bacterias y hongos generadores de infecciones venéreas, pero nunca cáncer. El riesgo radica cuando la boca o los órganos sexuales cuentan con una herida que sea la puerta de entrada a los microorganismos mencionados.
2. Ingerir semen no es dañino
Científicamente se ha comprobado que entre los componentes del semen se encuentran proteínas, pero difícilmente se podría asegurar que su ingestión represente un aporte de nutrientes significativo como para cubrir los requerimientos de una persona para su vida cotidiana o, menos aun, para aumentar de peso. Por otra parte, no hay evidencia de que tragar secreciones vaginales o semen sea dañino a la salud, a no ser que dichos fluidos provengan de una persona que tenga una enfermedad de transmisión sexual, como las señalas con anterioridad.
3. La mujer eyacula
Para muchas mujeres es motivo de vergüenza mojar sábanas, o incluso el colchón, con el fluido segregado involuntariamente al momento del orgasmo, pues suele ser confundido con orina por ser expulsado por la uretra (conducto por el que es eliminado este líquido de desecho).
4. La vagina expulsa aire
También es causa de pena para muchas féminas el hecho de que durante el encuentro sexual su órgano reproductor expulse aire y haga ruido similar a la salida de gases estomacales por el ano, sin el aroma característico de estos últimos.
5. La penetración anal no sólo es para pervertidas
Si bien aún en nuestros días se sigue tachando a la masturbación como algo indebido y morboso, la práctica del sexo anal supera al anterior como transgresor por ser calificado como "sucio", "perverso" y "del gusto de los depravados". Lo cierto es que el ano tiene tantas terminaciones nerviosas sensibles como vagina o pene, por lo cual es igualmente capaz de producir placer; incluso, algunas investigaciones al respecto indican que hay mujeres que sólo pueden alcanzar el orgasmo por esta vía, sin que intervenga vagina o clítoris, aunque no es lo más frecuente.
6. Mal olor vaginal, no sólo quien tiene relaciones sexuales
Por naturaleza la vagina tiene un olor peculiar, con cierta acidez, que no es desagradable y que se debe a las bacterias que conforman la flora microbiana que ahí habita. Cuando ésta se ve alterada, el aroma que se desprende cambia notablemente, llegando a ser penetrante. La causa más común es la presencia de una infección que deben ser tratada lo antes posible por algún ginecólogo.
7. La mujer puede quedar embarazada en su primera relación sexual
Mucha gente considera imposible que se geste la concepción durante el primer encuentro sexual, lo cual no tiene fundamento médico, ya que biológicamente no existe ningún impedimento para que así suceda; es más, algunas mujeres por efecto del nerviosismo y la ansiedad previa a la noche de bodas o de su primera relación pueden adelantar la ovulación y facilitar la concepción, hecho que ocurre con mucha frecuencia.
8.No todas las pastillas anticonceptivas engordan
Algunas píldoras para evitar el embarazo tienen como efecto secundario el aumento de peso; sin embargo, la industria farmacéutica ha seguido investigando y ha lanzado al mercado pastillas anticonceptivas que tienen menos efectos secundarios e incluso mejoran ciertos aspectos físicos, como el cutis, al cual protegen del acné.
Ahora bien, existen otros métodos anticonceptivos que pueden utilizarse en vez de la píldora:
De barrera. Condón masculino y femenino o diafragma.
Hormonales. Además de las pastillas, inyecciones e implante de progesterona.
Dispositivos intrauterinos.
Naturales. Ritmo y coito interrumpido, aunque son los menos confiables.
9. El coito con cuidado durante el embarazo no hace daño al feto
Cuando la gestante se encuentra en buen estado de salud puede tener vida sexual activa sin ningún problema. Algunas mujeres lo consideran inapropiado, pues creen que se hace daño al feto, cosa por demás falsa, ya que el pene —por muy grande que sea— jamás será capaz de penetrar en el útero, que es donde se encuentra el bebé.
10. El deseo sexual se acaba con la menopausia
Aproximadamente a los 48 años de edad la mujer empieza a experimentar cambios generados en su aparato reproductor, ya que de manera natural los ovarios producen estrógenos (hormonas femeninas) en menor cantidad, y esto se refleja en la suspensión del sangrado menstrual (la última se denomina menopausia), sudoración excesiva, oleadas repentinas de calor, fatiga y depresión frecuente. Al conjunto de dichos síntomas que se les conoce como climaterio.
10 MITOS SEXUALES MASCULINOS
1. La masturbación afecta
A lo largo de incontables décadas se han extendido conceptos como que la masturbación puede generar infertilidad, disfunción eréctil, acné, ceguera, sordera, mongolismo, locura, epilepsia, crecimiento de vello en las palmas de las manos, “hunde” a los ojos y les quita brillo, agota a los músculos, perjudica a la memoria y la capacidad de pensar, degenera tejidos y nervios y, cuando se abusa, muerte prematura.
2. Sólo un pene grande satisface a la mujer
La más reciente encuesta sobre sexualidad que patrocina una firma de condones señala que sólo 10% de las mujeres da importancia al tamaño del miembro de su pareja, y que el porcentaje restante está convencido de que su satisfacción sexual no depende de ello; es más, el mismo estudio señala que 98% de las féminas opina que un pene mayor a 20 centímetros les asusta o impresiona.
3. La vasectomía reduce el apetito sexual
Cientos de parejas que acuden por voluntad propia a solicitar esta cirugía anticonceptiva se han abierto totalmente a disfrutar su sexualidad al saber que no corren riesgo de embarazo. La vasectomía consiste en sencilla intervención quirúrgica realizada por el urólogo —médico especializado en los genitales masculinos— que requiere aproximadamente 20 minutos y la aplicación de anestesia local.
4. Una mujer virgen siempre sangra en su primera relación
El himen es una membrana elástica que bordea a la pared vaginal y cubre la entrada del órgano, y durante siglos se pensó que la única manera de romperlo era mediante la penetración del miembro viril, la cual provocaría dolor y sangrado a la mujer. Actualmente sabemos que puede haber mujeres que nacen sin este fino tejido, o bien que puede desgarrarse mediante fuerte caída o algún golpe que lesione a la vulva, excesivo flujo menstrual, así como durante exploración ginecológica, por masturbación con inserción de dedos u objetos, al abrir las piernas violentamente durante la práctica de algún deporte —gimnasia, tenis, natación, montar bicicleta o caballo—, y por caricias genitales con demasiada presión, entre otros.
5. Sólo al haber eyaculación hay embarazo
De forma natural, el pene al ponerse erecto segrega líquido seminal que lo prepara para la penetración, el cual contiene espermatozoides. Es así que al entrar el órgano a la vagina llevará espermas que en los días fértiles de la mujer pueden fecundar al óvulo, aun sin haber eyaculación. Es así que lo indicado es utilizar condón si no se conoce el ciclo menstrual de la pareja, o que ella utilice algún otro método anticonceptivo; ¡claro!, siempre y cuando no se contemple un embarazo en el futuro inmediato.
6. La circuncisión debe ser obligatoria
Si bien es cierto que la piel (prepucio) que cubre a la cabeza del pene (glande) cumple la función de protegerlo en la infancia de posibles ataques de virus que deriven en infecciones, y más adelante en enfermedades de transmisión sexual, no hay un consenso entre los especialistas médicos de que deba ser retirado definitivamente mediante la llamada circuncisión.
7. Los medicamentos para disfunción eréctil son afrodisiacos
En años recientes se ha incrementado la popularidad de los fármacos para el tratamiento de disfunción eréctil, los cuales dirigen su acción únicamente a los llamados cuerpos cavernosos del pene, donde inhiben a una enzima (fosfodiesterasa V) que inhabilita al mecanismo de erección, logrando como resultado que ésta pueda mantenerse por más tiempo. Ahora bien, lo anterior no quiere decir que la sustancia médica provocaría francamente el deseo sexual a quien no lo tiene, ya que éste se desarrolla en el cerebro y no en el órgano viril.
8. Eyaculación es sinónimo de orgasmo
Un muy alto porcentaje de los varones consideran que el fin de toda relación íntima es el coito o penetración, a través del cual obtendrán un orgasmo que les generará placer. Bien, pues varios sexólogos han comprobado que el autocontrol en la respiración aumenta la intensidad de un orgasmo y puede prolongarlo sin que haya eyaculación.
9. Los hombres no tienen punto G
Desde la década de los 60 del siglo pasado se denominó punto G femenino a un residuo de tejido que se forma desde el embrión, localizado en la pared frontal de la vagina, circundado por terminaciones nerviosas y sensibles. Su popularidad desde entonces se debe a que sabiéndolo estimular dicho tejido puede producir enorme excitación que en algunos casos se traducirá en prolongada cadena de orgasmos.
10. La sexualidad se extingue con la edad
De acuerdo a investigaciones científicas, el hombre alcanza su mayor vigor sexual entre los 30 y 35 años de edad, tendiendo a declinar posteriormente. La explicación a lo anterior es que después de esa edad suelen hacerse presentes problemas de salud que incidirán en la salud sexual del individuo, tal es el caso de diabetes, hipertensión y padecimientos del corazón, entre otras.